Pues no está nada claro a tenor de la tremenda confusión que han generado las declaraciones contradictorias del Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y de la máxima titular del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto.
Mientras la segunda aseguraba a los medios de comunicación, presentes en las jornadas de Telecomunicaciones en la UIMP Santander, que “se trataba de un globo sonda” la noticia de la implantación de este nuevo impuesto a partir del año que viene, el Presidente Sánchez, en una reciente entrevista en una cadena de radio nacional justificó que las cuentas públicas de 2019 contemplen un impuesto al diésel -que no afectará a los profesionales del transporte- por el importante reto del cambio climático y porque el gasóleo es un combustible “altamente contaminante”. En un reciente comunicado, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ha defendido que los vehículos nuevos diésel emiten hasta un 84% menos de óxidos de
nitrógeno (NOx) y un 90% menos de partículas en comparación con los
automóviles de más de 15 años de antigüedad.
Habrá que esperar a que se aprueben los Presupuestos para el año que viene para conocer si este nuevo impuesto es una realidad y, de ser así, si los profesionales del sector están exentos en su pago.