Legalmente no es obligatorio, ya que la primera revisión de control hay que realizarla a los dos años, pero los tacógrafos inteligentes de segunda generación, vienen, habitualmente, activados y esto hace que si no se realiza la revisión y calibración marque un error. Aunque el tacógrafo sigue funcionando la existencia del error puede dar problemas en relación a la garantía del aparato, con lo que obtener el certificado de control es algo más que recomendable.