Continuar al contenido principal
C/ Portu-Etxe 9-1º, 20018-San Sebastián 943 31 67 07 guitrans@guitrans.eus

En junio volverán las obras al túnel de San Lorenzo en la AP-15

Según ha informado el portavoz foral, Imanol Lasa, las obras para reforzar y adecuar las instalaciones del tubo en dirección Donostia del túnel de San Lorenzo-Larre, en la autovía de Leitzaran, finalizarán en el mes de noviembre, de manera que pueda ser reabierto para entonces. Se instalará un by-pass dirección Pamplona.

El presupuesto para la obra asciende a 6,6 millones de euros y fue aprobado este pasado martes por el Consejo de Gobierno foral.
El proyecto contemplará, entre otros, las siguientes actuaciones:
soluciones de estabilización, renovación del drenaje, adecuación de las
instalaciones de suministro de energía, redimensionamiento de los
equipos eléctricos, actualización del sistema de iluminación con
tecnología LED para reducir el coste de explotación, la reinstalación
del sistema de ventilación e inclusión de un sistema de protección
contra incendios compuesto por una red de hidrantes y una columna seca
en el interior de la galería.
Además, se incorporarán tecnologías punteras para actualizar la
gestión viaria, controlar la circulación y los aforos y mejorar el
sistema de circuito cerrado de televisión para instalar un sistema de
detección autonómica de incidentes y el sistema de comunicaciones con el
usuario, renovando el sistema de postes SOS e incluyendo megafonía.
Se desconocen por el momento si se mantendrán
las restricciones al tráfico establecidas para las obras iniciadas en
junio del pasado año.Según se informa en uno de los medios guipuzcoanos de prensa escrita, una vez concluyan las obras en San Lorenzo, todavía quedarán pendientes en Gipuzkoa 7 galerías por actualizar:
6 en la A-15 y 1 de los túneles de Itziar en la AP-8. Por ello, la
Diputación se encuentra en conversaciones con la UE para solicitar
cuatro años más de plazo para terminar de adaptar todas las
instalaciones a la directiva europea, para que dichos trabajos no tengan
excesiva afección en los usuarios de las carreteras y la inversión
necesaria (unos 55 millones de euros) se pueda presupuestar en años
sucesivos.